Friday 21 December 2018

Educar y acompañar; intervención de Benedetta Negri (Tegucigalpa, 10.11.18)

La experiencia que me marcó para poderme dedicar al trabajo de profesora, de educadora fue el encuentro con el profesor Giovanni Riva, un maestro y amigo, profesor italiano que ha dedicado toda su vida a la educación de los más jóvenes y adultos. A través de la amistad con él llegué a apasionarme con la educación. Conocí al profesor Riva cuando cursaba el bachillerato. Luego, en la universidad, con el movimiento universitario The Others, una compañía de amigos que revolucionaron mi vida, estudiantes universitarios que tratan de buscar un porqué en todo su actuar viviendo en primer lugar la amistad entre ellos, yendo al fondo de las cosas, de modo que todo recupere su verdadero sentido. También el ir a la universidad no era sólo por las clases, sino porque encontraba compañeros que compartían esa necesidad de amistad que yo tenía.
Algo que me impactó mucho estando con el profesor Riva y que hoy también trato de llevar es que él siempre hablaba de educación y de amistad, de interesarse por el destino del otro. Lo que he aprendido de él, lo que me ha enseñado, y que en primer lugar yo he sido educada de joven y que trato de vivir en mi trabajo es, que la atención educativa nace de la convicción de que cada hombre busca su realización, un sentido para su vida. La pregunta era entonces cómo hacer surgir también en las personas, en los más jóvenes, el deseo de hacer juntos las cosas en este sentido. Porque si es así, el ser educador no es el simple transmitir conocimientos o técnicas, sino transmitir una vida.

En Italia, comencé a dar clases en un bachillerato, y había otros amigos que se dedicaban a este trabajo educativo, en esta escuela, pero también en otras escuelas de la ciudad: no era suficiente el ser expertos de las materias o tener las técnicas perfectas, sino transmitir también una humanidad diferente, despertar en el joven las interrogantes de felicidad que cada uno tiene adentro. Fue así que decidimos comenzar a reunirnos, en principio una vez a la semana, para ayudarnos en esta tarea y esto porque queríamos dar un juicio y ayudarnos mutuamente en nuestra profesión, para recuperar esta humanidad y desempeñarla en nuestra vida, en los intereses o en la materia. Es por esto una comunidad que educa, una compañía, una amistad en primer lugar entre quien educa.
Y decidimos llamarnos The Great Teachers. Hoy, siento que mi trabajo es propiamente repetir aquel encuentro y método educativo que yo he vivido y he tenido desde que era estudiante.
Yo soy profesora en una universidad en El Salvador, y veo que lo que prevalece, no sólo ahí sino también en otras universidades, es vivir un tipo de relaciones con los colegas, pero también hacia los estudiantes, dominadas por la competencia, ver quién es el mejor, un sistema que lo que busca es simplemente crear profesionales: en este ambiente uno por sí sólo no es capaz, educar a este deseo de felicidad, que está en cada uno de nosotros, y entonces busca quien vive la misma exigencia, urgencia.

The Great Teachers, es una asociación de educadores a nivel mundial (una amistad), una compañía, porque no somos un grupo cerrados, porque la preocupación
educativa del profesor Riva hizo que nacieran, en diferentes partes del mundo, escuelas y universidades (en Italia, México, El Salvador, en Honduras), nacidas gracias al encuentro entre algunos deseosos de colaborar con el mejoramiento del nivel humano y social de su País, y nacieron también gracias a la amistad y a la pasión que él tenía con las personas que encontraba.
Más allá de la distancia nos une la pasión por la educación: proponer nuevamente esta misma experiencia, tratar de llevar a nuestros estudiantes y a los más jóvenes el mismo método, la misma amistad que conocimos nosotros. Con el tiempo, esta atención educativa ha seguido comprometiendo a diferentes educadores; han surgido alrededor del mundo (El Salvador, Honduras, México, Japón, Italia, Francia), grupos de jóvenes estudiantes presentes en las escuelas secundarias, bachilleratos yuniversidades (The Others) y un grupo de educadores, “The Great Teachers”.
Hoy vivimos en una época globalizada, la educación ha alcanzado niveles nunca antes vistos: es posible estudiar desde la propia casa frente a una computadora, instituciones que ofrecen prestigiosos títulos, volviéndonos expertos en todo tema y todo terreno. Que no está mal, pero no son el punto central que debería prevalecer, sino la educación se vuelve un negocio, llevando a la pérdida del verdadero significado que ella implica. “The Great Teachers” no nace en contra de alguien oalgo, más bien nace como reacción a todo esto.
Nos reunimos una vez a la semana en los diferentes países (y estamos en constante contacto entre nosotros) y juntos, a través del estudio, de ponencias, cine foros sobre varios temas (el multiculturalismo, qué quiere decir ser educadores), o conversatorios con profesores que con su vida demuestran esta pasión por la educación, tratamos de dar un juicio y un aporte a la realidad y a nuestro ambiente escolar.
Creamos también un blog que cuenta las experiencias de cada uno de nosotros en su trabajo, ideas para explicar ciertas materias a los jóvenes, libros, películas que pueden ayudar. Y también textos de estudio de conferencias del profesor Giovanni Riva sobre el tema de la educación que tuvo en Japón, Europa y Centroamérica a estudiantes universitarios y comunidades de educadores, pero también a padres de familias.
Trabajamos en escuelas, en universidades, kínderes, y con el tiempo hemos experimentado que ser educadores quiere decir también interesarnos de todas las cuestiones, la cultura, el arte, la política, el compartir, porque es parte de la naturaleza humana interesarse por el otro
En Centroamérica, por ejemplo, en Ciudad de Guatemala, San Salvador y Tegucigalpa, realizamos con un grupo de estudiantes universitarios, los The Others,
una actividad que se llama Libros Libres, una biblioteca ambulante que funciona en las zonas marginales y en los mercados de las capitales: llevamos sillas, hojas, colores, libros, mesas, al aire libre, en las plazas, donde se reúnen los niños ahí presentes para compartir con ellos la jornada dibujando, jugando, leyendo. En Tegucigalpa, por ejemplo, se reúnen los sábados, en el Mercado Los Dolores, para pasar la mañana con los niños de ese lugar.
También en la Universidad Pedagógica se reúnen una vez a la semana en este sentido.
En México, los TGT crearon una escuelita “Doce como los meses”, donde cada díaorganizan actividades de arte, música, títeres, para niños de 2 a 10 años.
En Italia, Reggio Emilia, funciona una escuelita que una vez a la semana acoge a los niños extranjeros de zonas pobres de la ciudad. Aquí se realizan momentos de juegos, actividades artísticas, didácticas o clases de cocina.
En Francia, algunos educadores que trabajan en la misma escuela comenzaron a reunirse una vez a la semana para confrontarse sobre el trabajo educativo, ayudarse y aconsejarse.
Y en Nagoya, los educadores ayudan a un grupo de jóvenes universitarios, que ya mencioné, Los The Others, colaborando con ellos en diferentes actividades que se desarrollan dentro de las universidades, conferencias, cine foro, publicación de un periódico bimestral, un instrumento que sirve para dar un juicio sobre lo que acontece a nuestro alrededor.
Todo esto nace no porque queremos ser buenos o hacer un simple voluntariado, es querer al otro por lo que es, por su deseo de felicidad. Entonces también cuando estás en clase, frente a tus estudiantes, reconocer que lo primero es recuperar mi humanidad y comprometerme en mi vida, en mis intereses, y también en mi conocimiento particular o materia específica. Por esto se necesita de una comunidadque eduque, una compañía entre quien educa. Y si la vida es compañía, “educar es acompañar” al joven en este sentido.
A la pregunta de qué hay que hacer para llevar a cabo una escuela, el profesorGiovanni Riva contestaba: “insisten para que yo les escriba un manual, un método, pero se equivocan: no deberían preocuparse de qué hay que hacer, sino solo de cómo hay que ser para poder hacer una escuela. Hay que ser, y no se puede explicar en dos palabras cómo hay que ser”.

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